Lo que no se escribe, se olvida. Lo que se olvida, no se recuerda. Lo que no se recuerda deja de ser parte de nosotros. Lo que deja de ser parte de nosotros, deja de pertenecernos y deja de definirnos.Cuando no escribo para registrar lo que pasa en mi vida, sé que pierdo partecitas de Berenice: mis recuerdos. Y no me gusta perderme. Me caigo relativamente bien y como, para el caso, voy a seguir siendo yo por el resto de la eternidad, mejor que sepa quién soy, mejor que registre lo que me pasa para que recuerde quién soy y cómo llegué ahí.
A veces me gustaría ser un poquito más como Funes, que no tenía la capacidad de olvidarse de nada, pero eso se me pasa bastante rápido, apenas recuerdo que olvidar muchas veces es una bendición. Muchas personas se emborrachan para olvidar, yo no escribo para olvidar. Algunas veces se me va la mano y no escribo sin darme cuenta, y sin darme cuenta me olvido. Y en general hay mucha cosa buena y linda que recordar.
Hoy me acordé,
y entonces escribí.
¡Yo quiero leerte más seguido!
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con esta frase. Tanto que creí que se me había ocurrido a mi pero, para estar seguro he consultado a Google y me he llevado la sorpresa de que Berenice s Bolulangerie ya la había ampliado contando su experiencia. Lo hago con mis viajes porque al poco tiempo me he olvidado de muchos detalles. Aún me veo, en Nueva York, en la habitación del hotel, sentado sobre la tapadera del vater escribiendo a mano unas cuantas ideas que sirvieran como ramas del árbol a las que luego pondría las hojas en casa, con el ordenador. Son el soporte de la memoria. Y así puedo recorren mentalmente lo que recorrí físicamente y los episodios que viví. He hecho lo mismo con nuestra Asociación de Amigos del Centro de Cirugía de Minima Invasión, completando las notas con estadísticas y ello me ha permitido desarrollar una historia que permite valorar la magnitud de nuestra aportación al Centro. Y me siento orgulloso de ello, no sólo por mí, sino por haber tenido un equipo de colaboradores tan fenomenal. Ni ellos saben lo buenos que son. Y tampoco los socios de número y los protectores sospechan el valor tan grande de su aportación. Para eso se ha escrito "Hormiguitas de la Ciencia" porque somos pequeñitos pero hemos sido constantes durante 13 años (y los que vengan si la salud nos lo permite).
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